martes, 11 de enero de 2011

M E C E N A S de la Cultura

MECENAS, BENEFACTORES, PROMOTORES

El patrocinio a la creación artística es tan antiguo como la misma historia de la cultura. En la antigüedad griega, por ejemplo, Mecenas apadrinaba la obra de Virgilio, por lo que se le llamó para siempre, “mecenas” a todos los benefactores artísticos. Ha habido verdaderos protectores del arte, incluso hay obras de la humanidad que no hubieran podido realizarse sin la subvenciones de los patrocinadores, sin embargo otras personalidades de la política financiaron proyectos con mucha publicidad para satisfacer intereses y obtener fama. Actualmente muchas firmas comerciales pueden liberar sus impuestos canjeando por obras de apoyo cultural o deportivas a la sociedad, es por eso que podemos leer palabras de agradecimientos a empresas comerciales o al banco tal o mas cual, en los programas de mano, que muchas veces es solo para evadir los impuestos y obtener ganancias netas en sus negocios. Por eso han surgido las “fundaciones” que lejos de amparar la creación artística evita los gastos tributarios a los grandes negocios. La nobleza europea gustaba de auto halagarse con los nombramiento de “ el teatro de la reina” o “el ballet real”, en Cuba varias familias de abolengo protegieron manifestaciones musicales y poéticas tales como la Condesa de Jaruco que era Doña Teresa Montalvo y O’Farrill, nacida en La Habana en 1771, hija del primer Conde de Casa Montalvo, además la familia del Conde de Macuriges, que en 1783 organizó la banda municipal y trajeron de España compañías de opera, costeando la construcción de la iglesia y el Colegio de San Francisco de Sales en La Habana. La Casa de la familia de los condes de San Juan de Jaruco, estaba ubicada en la hermosa Plaza Vieja, justo en el ángulo formado por las calles Muralla y San Ignacio, hoy sede del Fondo de Bienes Culturales, y antaño hogar afortunado de la opulenta familia criolla Beltrán de Santa Cruz.
María de las Mercedes Santa Cruz y Montalvo, más conocida como la condesa de Merlín, bella dama criolla que ocupa un lugar destacado en el arte y las letras cubanas. La Condesa de Merlin fue notoria soprano que mantuvo una actividad permanente de música operística en La Habana Mujer singular, que a los ocho años de edad ingresó como pensionista en el convento de Santa Clara, del que se fugó un año más tarde. Con posterioridad se trasladó a España. En Madrid abrió sus salones a la sociedad artístico-literaria de la época, y por ellos desfilaron deslumbrantes figuras como el pintor Francisco de Goya y Lucientes, Meléndez Valdez y otros personajes ilustres.

Contrajo matrimonio con un general francés de apellido Merlín y abandonó España huyendo de la guerra antinapoleónica. Radicada en París, se relacionó con hombres de la talla de Balzac, Lisz, Rossini, Alfred de Musset, y con la pintoresca y atrevida escritora George Sand, cuya amistad cultivó. Regresó de visita a su Cuba natal ofreciendo conciertos memorables.
En Cuba que ha sido un centro cultural de intensidad creativa que ha tenido irradiación hacia el resto de América, contó con diversos guías protectores de la cultura. Unos líderes religiosos como el obispo de Espada, Juan José Díaz de Espada y Fernández de Landa, que fue elegido como obispo de La Habana el 11 de agosto de 1800. El 25 de febrero de 1802 se ocupó de la creación de escuelas de Arte y Oficios y estimuló las actividades de canto coral, y música sinfónica además de la creación de Los Seminarios de San Carlos y San Ambrosio en La Habana y Santiago de Cuba respectivamente. También favoreció a la Real y Pontificia Universidad de La Habana, y las casas de teatro como la Casa de Comedia del Conde Jústiz, que está en el callejón del mismo nombre en la Habana Vieja, hasta la fundación del Teatro Tacón en 1838, la activación de la vida cultural en los llamados salones de recreo y, naturalmente, la fundación de la primera Academia de Pintura "San Alejandro", que fue fundada por el propio Obispo de Espada con su protegido Juan Bautista Vermay, en 1819. Vermay fue quien decoró los primeros teatros habaneros.
En el siglo XIX, Rosa de Aldama perteneciente a una acaudalada familia azucarera junto a su esposo, Don Domingo del Monte, unieron al primer grupo de artistas y escritores que empieza realizar conciertos de música cubana aproximadamente a fines del segundo decenio del siglo XIX se da a conocer la egregia figura de José María Heredia, conocido como el cantor del Niágara, al gran dramaturgo matancero José Jacinto Milanes con “El conde de Alarco” con cuya obra se inaugura el Teatro Tacón, además del gran novelista Cirilo Villaverde. Las presentaciones del pianista Ignacio Cervantes levantaron gran entusiasmo al tiempo que se descubría su fidelidad a los levantamientos de los mambíses y su conspiración contra el dominio colonial. La contradanza une a blancos y mulatos y despierta un sentimiento nacionalista, que no conveniente a la corona española. El compositor Manuel Saumell, que era amigo de Domingo del Monte, tomó poemas de Milanés, de Heredia y otros autores para llevarlos a la contradanza. Es cuando determina un protector ambiguo y de doble intención que fue Miguel Tacón, quien por una parte se presentaba como benefactor y por otro lado era represor cultural, cometiendo asesinatos por medio de la denuncia de la Conspiración de la Escalera en 1844.
Pereciendo un poeta mulato como Placido, surgido en las tertulias del Palacio de Aldama vinculado al movimiento independentista de mulatos intelectuales y músicos que conformaron Rayos y Soles de Bolívar.
El teatro de los bufos trató de independizarse de los mecenas y crea un sustento económico libre. Cuando el Teatro Villanueva se abrió aquella noche del 16 de octubre de 1866 con este diálogo: dos negritos conversando, uno le decía al otro: "No hay simiricutancia posible",
Los negros catedráticos que se burlaban de las costumbres de la sociedad española que desencadenó y los trágicos hechos en la función de teatro bufo. “Perro huevero aunque le quemen el hocico” de Valerio produciéndose violencia y atropello del poder colonial.
Bacardi
Descendientes del industrial catalán Facundo Bacardí Massó que creo el famoso ron Bacardi
Su hijo Emilio Bacardi Morau, Nació, en Santiago de Cuba, el 5 de junio de 1844 quien desde su primera juventud, manifestó aptitudes de escritor y amor a las letras. Autor de la gran obra Doña Guiomar en 1917, se convirtió en el principal defensor de la cultura en la ciudad de Santiago de Cuba financiando y procurando múltiples escuelas de arte, y actividades de música sinfónica además del emblemático museo que lleva su nombre .El Museo Emilio Bacardí se fundó el 12 de febrero de 1899, entre los elementos más atrayentes que se exhiben en el museo están dos momias pertenecientes a las cultura paraca y egipcia, objetos personales que pertenecieron al Héroe nacional José Martí y del Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes
La familia Boffil:

Después de la guerra, el sistema de abonos de familias solventes permitió sustentar la opera, el ballet y los conciertos. Continúa el entusiasmo de instituciones religiosas como la orden
Damas Ursulinas, integrado por monjas venidas de Francia y España que desde el siglo XIX apoyaron los proyectos artísticos.




Marta Abreu

En la etapa colonial numerosos gobernadores, rectores, obispos, políticos y personas de poder favorecieron las Bellas Artes, sin embargo el recuento histórico ha sido injusto en no reconocer dichos aportes, como el caso de Martha Abreu, conocida como “la generosa” a quienes se les debe la fundación del Teatro La Caridad de Santa Clara, y que patrocinaron un sin fin de obras teatrales, operas y ballet, que llegaron desde los mejores escenarios del mundo así como Don Tomas Terry, de origen venezolano que se asentó en Cienfuegos y favoreció a las ciudades de Villaclara fundando el teatro que hoy lleva su nombre en la ciudad de Cienfuegos, fundado el 22 de Abril de 1819.En el coliseo principal de Cienfuegos se presentaron las mas importantes compañías de opera de Europa que llegaron a Cuba y notables artistas como el tenor italiano Enrico Carusso y la actriz francesa Sara Bernarth y forma parte de la reducida lista de los más importantes del siglo XIX cubano, entre los que se encuentran “La Caridad , de la ciudad de Santa Clara y el “Sauto”, de Matanzas.
Las visitas de Fanny Elssler en 1841 y 1842, y las de Anna Pávlova entre 1915 y 1919, pusieron a los cubanos en contacto con lo mejor del ballet universal. A partir de 1800 se establecieron algunos maestros de danza clásica en el territorio y en 1931, la Sociedad Pro Arte Musical inauguró una Escuela de Baile bajo la dirección del ruso Mijaíl Lavrosky. En esta institución se hacían presentaciones en el teatro Auditórium de La Habana, donde debutaron las tres figuras capitales de este arte en Cuba: Alicia, Fernando y Alberto Alonso.

Ramonin Crusellas
En los años republicanos, los espectáculos teatrales y musicales tuvieron promotores y asociaciones que contribuyeron a realizaciones de proyectos artísticos, no comerciales muchas veces anónimos. La mayoría descendientes de familias ricas de la sociedad cubana. Tal es el caso de Ramón Antonio Crusellas conocido como “Ramonín Crusellas”, hijo del propietario de la filial cubana de la jabonera Colgate Palmolive, muy contribuyente al Teatro Universitario donde actuó y dirigió obras y mas tarde crea en 1940 una institución muy importante que fue el Patronato de Teatro para enseñar y promover las Artes Escénicas y que impulsó la dramaturgia nacional de manera muy seria, divulgando autores como como Virgilio Piñera, Carlos Felipe, Rolando Ferrer, Paco Alfonso entre otros. En 1942 comienzan sus primeras presentaciones.

Ma. Luisa Gómez Mena
Otra figura básica en el apoyo a los planes artísticos, de Cuba y de México, tanto de las artes plásticas como del teatro y del cine fue María Luisa Gómez Mena, que ha sido desafortunada para un reconocimiento a su tenaz labor cultural, ha sido sostenidamente descalificada, movido por resentimientos de clase, en parte provisionalmente justificables, debido a que fue la heredera de una familia dueña de varios centrales azucareros y sobrina de la Marquesa de Revilla de Camargo cuya mansión se convirtió en el Museo de Artes Decorativas en el Vedado. Maria Luisa Gómez Mena contribuyó a la creación de la Academia de Artes Dramáticas de la Escuela Libre de La Habana favoreció con su colaboración a la publicación de obras de intelectuales españoles de la talla de Concepción Albornoz, María Zambrano, Herminio Almendros, Ángel Lázaro, entre otros, y de cubanos como Elías Entralgo, Fernando Ortiz y José María Chacón y Calvo, Emilio Ballagas, y el pintor Carlos Enrique. Financió las investigaciones y publicaciones de la etnóloga Lidia Cabrera. En 1942, creó la Galería del Prado para expansión de lasa artes plásticas, Protectora de Luís Buñuel y del pintor mexicano Alfaro Siqueiros a quien trajo a la Habana. Actuó en varias películas y fundó Producciones Isla , junto a su esposo Manuel Altolaguirre que realizaron varias películas con temas nacionales falleció en un accidente en Italia a donde fue a promocionar un film cubano.

La agrupación de escritores facilitó la protección a la creación musical, un movimiento integral fue el Círculo de la Calzada de Puentes Grandes, dirigido por Borrero Echevarria donde estaba Juana Borrero, los hermanos Pío Uhrbach donde se sumaron músicos y cantantes que revivieron la etapa de las tertulias y conciertos. En los años cuarenta, aparece el grupo literario Orígenes, con revistas publicaciones literarias que estimularon una mirada hacia el mundo musical nacional.
El Grupo Minorista, muy inspirado por las tradiciones populares, obtuvo mecenazgo universitarios donde estaba Alejo Carpentier, Jorge Mañach, Rubén Martínez Villena, Nicolás Guillén, al cual se sumó después Ernesto Lecuona y Gonzalo Roig, y Rodrigo Prats, desde el teatro, la zarzuela y la música cubana, recibe múltiples apoyos y el movimiento vanguardista en la pintura con Víctor Manuel Abeja, y Amelia Peláez, y Carlos Enríquez; y, desde luego, el pensamiento de Fernando Ortiz.
El Liceo Vedado Tennis club moviliza actividades culturales con Amadeo Roldán, Alejandro García Caturla, Carpentier, Novás Calvo, Lidia Cabrera, Rómulo Lachatañeré, y una serie de grandes figuras artísticas promovidas por Ernesto Lecuona como Rita Montaner,

En 1951, surge la sociedad Nuestro Tiempo, uniendo a músicos de vanguardia y que vio la luz el primer y único número de la revista Nuestro Tiempo en su primera etapa, en el que se incluye un "Manifiesto" que recoge los lineamientos básicos del trabajo cultural de la Sociedad y sus proyecciones éticas y estéticas. Sus colaboradores fundamentales fueron Harold Gramatges, Tomás Gutiérrez Alea, Argeliers León, Edgardo Martín, José Ardévol, Julio García Espinosa, Juan Blanco, Fornarina Fornaris, Félix Pita Rodríguez, Amado Palenque, Mirta Aguirre, Vicente Revuelta, José Antonio Portuondo, Mario Rodríguez Alemán, Graziela Pogolotti, María Teresa Linares, José Massip, entre otros. Desde mayo de 1955 se publicaron poemas y cuentos de prestigiosos escritores nacionales como Nicolás Guillén, Onelio Jorge Cardoso, Manuel Navarro Luna, Regino Pedroso, Labrador Ruiz, junto a jóvenes creadores como Pablo Armando Fernández, Raúl Aparicio, Rosario Antuña, Adolfo Martí.

Universidades, Sindicatos y Partidos Políticos

El Teatro Universitario cuyos antecedentes surgen en la Academia de Artes Dramáticas que en La Habana, dirigió Luís Amado Blanco, Luís Alejandro Baralt y Ludwig Shajowick, que fue un prestigioso pedagogo y director austriaco que había sido alumno de Piscator y de Max Reinhardt en Alemania. Desde esta institución se levantaron fondos para ofrecer actividades teatrales para los estudiantes universitarios y publico en general.
La Central de Trabajadores de Cuba dirigida por su líder Lázaro Pëña organizó en la década de los años cuarenta, desde las universidades y algunos partidos políticos principalmente el Partido Socialista Popular se promovieron conciertos y sobre todo el comienzo del cine cubano, particularmente Juan Marinelo desde su posición de influencias en la rectoría de la Universidad de La Habana.
Sociedad Pro Arte Musical
El ballet contó con una institución en 1931, que fue la Sociedad Pro Arte Musical que inauguró una Escuela de Baile bajo la dirección del ruso Mijaíl Lavrosky. En esta institución se hacían presentaciones en el teatro Auditórium de La Habana, donde debutaron las tres figuras capitales de este arte en Cuba: Alicia, Fernando y Alberto Alonso. con activistas como Laura Rainery
El ballet en Cuba, ha tenido en la última etapa la valiosa coordinación de Sara Pascual y Ángela Grau como organizadoras y colaboradoras de Fernando y Alicia Alonso.
Maritza Alonso
Capitulo aparte seria un reconocimiento de la promotora, activista y empresaria artística Maritza Alonso, quien comenzó como destacada declamadora y desde su oficina privada, estimuló y promocionó de las artes plásticas y los conciertos trayendo a Cuba, desde España, el ballet de Carmen Amaya, Sarita Montiel, Carmen Sevilla, y otros espectáculos para incorporase, posteriormente, a la oficial Agencia Cubana de Artistas y mas tarde Cubartista y Artex quien coordinó con el empresario francés Bruno Cocatrix un gran proyecto para llevar el gran Music Hall de Cuba a la ciudad de Paris con el ballet El Solar de Alberto Alonso, Los Zafiros, Celeste Mendoza y el ensamble de Pello el Afrocan, mas tarde logró las exitosas presentaciones del Ballet de Cuba en dicha ciudad que le otorgó el Gran Prix de ballet a Alicia Alonso.
Actualmente, organizaciones internacionales como la UNESCO cuentan con recursos económicos para la preservación de la cultura pero la mayoría de las veces no llega a cumplir con sus objetivos.
Desde la postura de dirección de algunos teatros, por ejemplo del Teatro Carlos Marx antes Blanquita ha estado coordinado por Sareska Escalona, creando una secuencias de espectáculos musicales incluyendo la zarzuela María La o dirigida y actuada por Alina Sánchez, en El Teatro Nacional de Cuba por Ángela Grau y después Nisia Agüero. En el teatro Mella, antes Rody, por Daisy Stabile. En La Casa de Joven creador el productor Omar Mederos lanza a numerosas figuras jóvenes.
Desde La Casa de las América su directora y fundadora Aidee Santamaría comprendió y estimuló los movimientos de canción protesta que devinieron en la Nueva Trova que no hubiera sido el mismo sin su defensa en los momentos que fue atacada desde otras direcciones oficiales. Sin dudas el papel de los promotores mecenas y activistas han ejercido una fuerza paralela a la creación artistica.
Archivo de sala cubana de la la Biblioteca Nacional de CubaInvestigaciones atesoradas en el Museo Municipal de Jaruco. Biblioteca digital del Joven Club Jaruco I. Diario de La Marina, Revista Bohemia y Carteles

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